jueves, 25 de septiembre de 2008

Las Margaritas


Lo recuerdo como si fuera ayer, era el verano de 1951, iva a encontrarme con mi enamorada. Es una mujer preciosa, de cabello largo rizado, tez tan blanca como la leche y unos labios como frutillita madura. Nunca olvidare su cara en nuestra primera cita, en donde llegue con un ramo de margaritas y un corazón ilusionado.

Bueno mi amor, se que esta no es nuestra primera cita, pero tampoco es la ultima. Te traje un ramo de margaritas. se que ya no puedes ponerlas en tu cabello pero aun siguen viéndose hermosas junto a tu nombre grabado en el mármol.